Evaluación: ¿Quién es la persona más pacificadora que conoces?
Perspectivas e ideas
Mi esposa y yo visitamos el bosque Muir en el norte de California recientemente. Mien- tras caminábamos por un sendero a través de este impresionante paisaje, sentíamos una sensación de paz. Estos enormes árboles crearon una cubierta que albergaba gentileza, calma y paz ... un refugio del quebrantamiento de nuestro mundo.
Curiosamente, Jesús nos llamó a ser pacificadores. Jesús dijo: «Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (Mateo 5: 9). Alguien que trabaja por la paz no solo está en paz con Dios, sino que también ayuda a otros a experimentar la paz. En pocas palabras, Jesús dijo: «Dios bendice a quienes ayudan a las personas a experimen- tar la paz con Dios y con los demás».
Ser un líder pacificador no es una cuestión de personalidad. Puedes ser un líder audaz y firme con una tremenda paz interior. Y puedes ser un líder gentil y de voz suave con una gran confusión interna. La paz comienza en el interior.
La paz se destaca de la aspereza y el desorden del liderazgo que a menudo observamos en la actualidad. Por supuesto, la bienaventuranza de Jesús no se trata solo de experimentar la paz sino de ser un creador de paz. ¿Cómo pacificamos como líderes?
1. Al estar en paz. La creación de la paz comienza al asegurarse de estar en paz con Dios. No puedes dar lo que no posees. Romanos 5:1 dice: «Justificados, pues, por la fe, ten- emos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo».
2. Al crear ambientes pacíficos. Como líder, tienes la capacidad de moldear el entorno donde vives, trabajas y sirves. Crea paz en tu hogar al amar a tu cónyuge e hijos y cul- tiva un entorno seguro para las tormentas de la vida. En tu trabajo, cultiva un ambiente pacífico dando tiempo y atención al compromiso de los empleados, construye relacio- nes y aborda los conflictos con rapidez.
3. Al buscar la paz de tu ciudad. Nuestro mundo está lleno de confusión. ¿Cómo sería para ti trabajar por la paz en tu ciudad? Esas fueron las instrucciones que Jeremías dio a los judíos que vivían en Babilonia cuando dijo: «Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz» (Jeremías 29:7).
El liderazgo está lleno de momentos aterradores, pero no tenemos que ser rehenes de ese temor. Sin embargo, podemos vivir y actuar como pacificadores.
Reflexión y debate
1. ¿Qué aspectos del liderazgo te generan mayor temor?
2. ¿Cómo podemos crear un ambiente de trabajo más pacífico? 3. ¿Cómo nos llama Dios a ser pacificadores en nuestra ciudad?
Aplicación
¿Qué puedes hacer para pacificar en los lugares que Dios te ha llamado: en el hogar, el trabajo, tu iglesia, la comunidad o todo el mundo? En vez de hablar sobre la necesidad de la paz, ¿por qué no tomas medidas esta semana para ser un pacificador?