LECTURA: Juan 6:22-35
ENSEÑANZA:
En las últimas dos semanas, estudiamos dos milagros increíbles: Jesús alimentando a miles de personas con cinco panes y dos peces Y Jesús caminando sobre el agua. La historia de hoy tiene lugar al día siguiente. La multitud se metió en botes y siguió a Jesús; Lo estaban buscando. Se podría pensar que Jesús se alegraría de que estuvieran tan ansiosos por seguirlo, pero Jesús sabía que las razones por las que lo estaban buscando no eran correctas.
La multitud perseguía a Jesús por dos razones equivocadas. En primer lugar, esperaban ver más milagros geniales. Querían ser cautivados y entretenidos por algo sobrenatural y sensacional. En segundo lugar, querían que Jesús continuara satisfaciendo sus necesidades naturales – ¡para seguir alimentándolas! En otras palabras, querían a Jesús por lo que podía hacer por ellos. Pero Jesús no quiere que lo sigamos por lo que creemos que podemos conseguir de él. Cuando sirves a Jesús para tus propios fines egoístas, entonces realmente no amas a Jesús – ¡te amas más a ti mismo! En otras palabras, Jesús no es el tesoro que más deseas; él es simplemente el mapa para ayudarte a encontrar el tesoro. Esto no es lo que Jesús quiere y no es lo que tú y yo necesitamos.
En el versículo 35, Jesús explica usando una metáfora. Se llama a sí mismo "el pan de vida". Esto significa que sólo Jesús puede satisfacer y quitarnos el hambre por las cosas equivocadas. Debemos seguir a Jesús no por lo que podemos obtener de él, sino simplemente por quién él es.
Preguntas para meditar:
NIÑOS PEQUEÑOS/PRE-K:
• En esta historia, ¿a quién intentaban encontrar las multitudes?
• ¿La multitud tenía buenas o malas razones para seguir a Jesús?
NIÑOS:
• ¿Por qué la multitud seguía a Jesús?
• En esta historia, ¿cómo se llamó Jesús a sí mismo?
• ¿Qué significa que Jesús es "el pan de vida"?
ORACIÓN:
Dios,
Ayúdame a servirte y seguirte por las razones correctas. Espíritu Santo, examina mi corazón y muéstrame las motivaciones que no te honren y cualquier forma que sea egoísta. Ayúdame a no vivir para mí, sino a vivir para ti. Gracias por enviar a Jesús a ser el pan de vida y el agua viva. Él satisface el hambre y la sed de mi alma. Ayúdame a ver a Jesús más claramente y a confiar en él de manera más consistente. Gracias. En el nombre de Jesus. Amén.