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DÍA 31 - JESÚS HACE UNA PROMESA

LECTURA: Juan 14: 15-29

ENSEÑANZA:

En este pasaje, Jesús está preparando a sus seguidores para su propia partida, pero quiere que sepan que no tienen que desanimarse: ¡no están siendo abandonados y no están sólos! Jesús promete que el Padre enviará al Espíritu Santo. De las palabras de Jesús, aprendemos tres cosas importantes sobre el Espíritu Santo.

1) El Espíritu Santo es un "Abogado". Un defensor es alguien que lo cuida y lo defiende. El Espíritu Santo siempre está trabajando en formas que lo ayuden. Él te está cuidando e intercediendo por ti. ¿Cómo?

2) El Espíritu Santo te cuida al llevarte a la verdad. El Espíritu Santo te ayuda a entender la palabra y el carácter de Dios. El Espíritu Santo te da el deseo y la capacidad de leer, comprender y aplicar las Escrituras. Sin el Espíritu Santo, usted y yo no podemos experimentar la verdad que se encuentra en Jesús.

3) El Espíritu Santo también habla por ti. Para entender cómo lo hace, debemos notar que el Espíritu es "OTRO Abogado". Eso significa que tenemos un primer defensor; Jesús es el primer abogado. Jesús se para ante el Padre, donde presenta el caso en función de lo que ha hecho, no de lo que usted ha hecho. El Espíritu Santo es diferente. Mientras Jesús habla al Padre por tu bien, el Espíritu Santo te habla a ti por tu bien. El Espíritu siempre te recuerda la verdad y su mensaje principal es: ¡Hay un primer defensor! El Espíritu Santo quiere señalarle a Jesús para que pueda experimentar su amor y conocer su verdad. No estás sólo. ¡Tienes al Espíritu Santo!

Preguntas Para Meditar:

NIÑOS PEQUEÑOS/PRE-K:


• ¿A quién prometió Jesús enviar a sus amigos?

• ¿Qué es algo maravilloso que el Espíritu Santo hace por nosotros?

NIÑOS:

• ¿Qué promesa hizo Jesús a sus amigos?

• ¿Qué significa la palabra "defensor"?

• ¿De qué maneras es el Espíritu Santo nuestro abogado?

ORACIÓN:


Dios, gracias porque siempre buscas formas de ayudarnos. Gracias por enviar a nuestro primer abogado, Jesús. Jesús, gracias por vivir en mi lugar y morir en mi lugar. Gracias por ser un sumo sacerdote fiel que reza por mí, defendiéndome en base a su bondad y no a la mía. Espíritu

Santo, gracias por señalarme a Jesús. Gracias por guiarme a la verdad. Ayúdame a ser más sensible a tu voz y más receptivo a tu liderazgo. En el nombre de Jesús, Amén.